martes, 15 de abril de 2008

Smell, una obra que genera controversia

Eduardo Calla tras concluir el ensayo de Smell, hecho exclusivamente para que otros artistas vieran y opinaran sobre la labor realizada, se convierte en el blanco de las críticas de sus compañeros de trabajo, no son críticas destructivas, son opiniones, de cómo ven la obra, de cómo quisieran verla, algunos opinan que hablar de teatro en el teatro es caer en la trampa que uno mismo ha tendido, definitivamente quieren que se hable de otra cosa, otros opinan que los cambios de una escena a otra cansan la vista, obstaculizan el desenvolvimiento de la obra, otros quisieran que las historias que se desarrollan de manera paralela estuvieran mejor relacionadas, otros opinan sobre las actuaciones, otros sobre los elementos utilizados... en fin, y el debate continúa a la salida de las funciones realizadas en el Museo Nacional de Arte, hay gente que sale ofendida "a cualquier cosa llaman teatro" dicen, otros salen fascinados, la mayoría salen con cara de confundido...

En lo personal, creo que la escena final entre Patricia García y Jorge Jamarlli "paga la obra" (en términos de Mr. Aranburo), una escena que solamente podían lograrla ellos dos por el material físico y psicológico con el que cuentan, me gusta el contraste con el resto de la obra, si el resto de la obra fuera igual de intensa el final no interesaría y el público no aguantaría ni diez minutos. Es una obra entretenida, liviana, chistosa, sin perder la agudeza, el sentido crítico y el peculiar manejo del lenguaje que caracteriza las obras de Eduardo, me gusta porque es atrevida y porque es una obra que no busca contentar a todo el mundo. Lo mejor: el muñeco de la Dennise.

Marco

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